ARTESANÍA DE BIAR

La artesanía en Biar, no es simplemente una actividad, es una forma de vida. Aquí, las manos de los artesanos han tejido a lo largo del tiempo un legado que conecta el pasado con el presente, donde cada pieza elaborada cuenta una historia y lleva consigo el alma del pueblo.

Uno de los pilares de esta tradición es la cerámica, con más de 150 años de historia en Biar. Se conserva una de las pocas cerámicas en la Comunidad Valenciana, que se caracteriza por sus tonos predominantes en azul y blanco, junto con otros colores. No se trata solo de moldear barro; es un arte que se ha transmitido de generación en generación, donde los alfareros, con una paciencia infinita, crean piezas únicas. El legado de esta tradición lo ha recogido Cerámica Maestre, el único taller que todavía realiza este tipo de cerámica y que puede visitar su tienda en el Camino de la Virgen. 

Además de la cerámica, Biar es conocido por su exquisito aceite de oliva virgen extra. Desde 1954, la Cooperativa Valenciana de labradores y ganaderos produce un aceite que es pura esencia mediterránea, elaborado con variedades autóctonas como la blanqueta, cuquello, rojas y xanclot. Este aceite, obtenido únicamente mediante procedimientos mecánicos, es un tesoro que condensa en cada gota los sabores y aromas de la tierra.

La apicultura es otra de las tradiciones artesanales que ha dejado una profunda huella en Biar. Desde tiempos antiguos, la apicultura ha sido una parte esencial de la vida en este pueblo, donde las colmenas se cuidaban con esmero y dedicación para producir una miel de romero de calidad excepcional. Esta práctica, que se ha transmitido de generación en generación, no solo es un testimonio del respeto de los biarenses por la naturaleza, sino también de su habilidad para trabajar en armonía en ella. La miel de Biar es conocida por su pureza y sabor, reflejando la riqueza floral de los campos que rodean la localidad. Hoy en día, aunque la tecnología ha avanzado, los apicultores de Biar siguen manteniendo viva esta tradición, asegurando que cada frasco de miel continúe siendo un verdadero regalo de la naturaleza.

No podemos hablar de Biar sin mencionar sus famosos turrones. La villa de Biar, famosa por sus plantaciones de almendros, es también conocida por la tradicional fabricación turronera, una tradición que sigue viva con la fábrica local Heretat de Soler. Esta empresa familiar, con más de 80 años de experiencia, es un verdadero icono en la fabricación de turrones artesanos y pastas tradicionales. El turrón blando y el turrón duro son sus productos estrella, cada uno de ellos elaborado con esmero y una receta que ha sido perfeccionada a lo largo de décadas. Pero no se han quedado en el pasado; hoy en día, la empresa sigue innovando, explorando nuevas fórmulas que mantienen viva la esencia del turrón, pero con un toque moderno que sorprende a los paladares más exigentes.

En resumen, la artesanía en Biar es mucho más que un oficio; es una expresión viva de su cultura y su historia. Ya sea en forma de una pieza de cerámica, una botella de aceite de oliva virgen extra, un delicioso turrón o un frasco de miel pura, cada creación lleva consigo un fragmento del alma de Biar.

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